jueves, 23 de mayo de 2013

Texto PP - El Perfume

En la novela El Perfume se explora la idea de que un elemento del cuerpo, en este caso el olor, adquiere características humanas y decide todos sus movimientos. El olor se convierte en elemento que parece tener vida, y recorre las calles como si fuese un fantasma, perseguido por el protagonista. Ejemplos directos de esto se encuentran en las frases “el olor bajaba por la Rue de la Seine” (Süskind, 1987, p. 36, o “a los cincuenta metros [el olor] dobló a la derecha la esquina de la Rue de Marais” (Süskind, 1987, p. 36). Este último constituye un un elemento fantástico, ya que es imposible que el protagonista pueda seguir ese rastro desde un punto tan alejado hasta la casa.

También tiene elementos hipnóticos, pues el protagonista no podía cambiar de dirección porque el olor le producía un estado de hechizo. En este extracto se ve claramente: “Grenouille avanzaba como un autómata” (Süskind, 1987, p. 37)..

Además, a través de el olor se traza una línea mental en la imaginación del lector; el punto de partida se conecta sólidamente con el destino y el elemento no sólo se mueve desde un punto a otro, sino que también deja un rastro imborrable en su camino. Otra característica es que la muerte siempre está cerca. En este caso, el protagonista asesina a las muchachas de las que emana esa fragancia.

En la novela, se utiliza una descripción casi cinematográfica que permite al lector seguir el olor mentalmente y crear una imagen precisa de lo narrado. Los elementos sin vida propia se personifican mediante su adquirida corporeidad y sus características humanas, y, por tanto se convierten en un protagonista más.

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